El máximo potencial se refiere a la capacidad que tiene una persona para alcanzar sus límites en términos de habilidades, talentos, creatividad y logros. Es el punto máximo de su capacidad para desarrollar y utilizar todo su potencial en diferentes áreas de la vida, como en el trabajo, en las relaciones con otros, en el aprendizaje, etc.
La idea del máximo potencial humano ha sido propuesta por filósofos a lo largo de la historia. La psicología humanista que se desarrolló en la década de 1950 se enfocaba en el estudio del potencial humano y la idea de que cada persona tiene un potencial único para crecer, desarrollarse y alcanzar sus metas y objetivos. Según esta corriente de pensamiento, las personas pueden llegar a su máximo potencial en una sola área
de su vida, porque eso es lo que más le interesa; mientras que otras pueden
tener éxito en varias áreas. ¿Y tú? ¿Has logrado expresar tu máximo potencial en algún
área de tu vida? ¿Te interesa saber hasta dónde puedes llegar?
Por supuesto, el máximo potencial varía de una persona a otra, ya que cada persona tenemos diferentes talentos y habilidades. La idea por tanto no va de ser mejor que
nadie, si no, de ser cada día un poco mejores por nosotros mismos.
¿Por qué es importante desarrollar nuestro potencial?
Como señalan varias corrientes de pensamiento, la idea de la búsqueda del desarrollo de nuestro potencial va asociada a la de bienestar o felicidad. Desde Aristóteles, para quien la felicidad no era un estado placentero sino un estado en el que una persona está realizando su potencial; hasta los defensores de la psicología positiva actual, como Seligman para quien la felicidad se logra a través del compromiso con objetivos significativos y el desarrollo y uso de las fortalezas personales en la vida cotidiana.
El primer paso para empezar a desarrollar tu potencial es tener un objetivo y enfoque claro sobre lo que quieres lograr; después, actuar con confianza y determinación para seguir adelante superando obstáculos y perseverando ante las dificultades. También es importante recordar que el desarrollo y la expresión del máximo potencial humano es un proceso continuo. No es tanto una meta como el camino.